Soy Fabiola Kramsky y creo que no hay nada más poderoso (o esencial) en la vida que la voz humana. No me refiero a la forma en que sonamos por teléfono, con la voz me refiero al mensaje que impartimos, las historias que contamos, las formas sutiles (y no tan sutiles) en que moldeamos el mundo que nos rodea a medida que lo atravesamos.

La voz es la esencia de una sociedad libre, que nos conecta a través de las culturas y generaciones. Representa lo mejor de lo que somos como personas. Trae color, música y sabor a nuestro mundo; es el tejido de lo que nos hace humanos; las observaciones y la información que intercambiamos en nuestra búsqueda común de una vida más plenamente vivida.

Esta es mi pasión: cultivar y fomentar las nuevas voces de hoy. Deben ser desafiados, deben ser apoyados, y jamas deberían estar limitados por su vecindario, etnia o estado económico. El mosaico de la humanidad está incompleto sin cada hilo.

El mundo pertenece a estas voces, llevando nuevas ideas y perspectivas al foro público, al tiempo que nos recuerda a todos nosotros de dónde venimos y este nos desafía a soñar a dónde vamos.